Tres días

Tres días

VIERNES



La V Muestra de Teatro Clásico de Los Pedroches se inauguró con brillantez el viernes en Santa Eufemia con la representación de la obra Madre Coraje de Bertolt Brecht por parte de la compañía Suripanta. Teatro duro y sin concesiones que reflexiona amargamente sobre la crueldad de la guerra y sus efectos devastadores sobre la moralidad de las personas. Que la guerra sea para Madre Coraje un buen negocio y se espante ante la perspectiva de que llegue la paz ("ha estallado la paz") no deja de resultar una actitud que nos resulta hoy, como siempre, muy familiar. Es lo que tienen los clásicos, que siempre nos abofetean con lo más repugnante de nuestra propia realidad.

Entre el público de una noche tan calurosa estaban todas las autoridades implicadas, aunque no se hicieron notar: el delegado de cultura de la Diputación, el presidente de la Mancomunidad, el alcalde de Santa Eufemia, el técnico de cultura de la Mancomunidad y quizás otros. El lugar de la representación fue el patio del colegio público de la localidad, cuya elección sacrificó a la comodidad y economía la exhibición del patrimonio arquitectónico de la villa. Sin necesidad de ser más arriesgados, bastaba con haber dado la vuelta al escenario y de fondo hubiera quedado la sierra de Santa Eufemia y las evocadoras ruinas del castillo de Miramontes.



SÁBADO



La exposición sobre el yacimiento de Los Millares (Almería) finalmente sólo me despertó un interés moderado. Esperaba algo más extenso y, quizás, elaborado, dado el patrocinio. Me pareció más divulgativa que declarativa.



DOMINGO



Un grupo de amigos pasea por la calle Barroso de Dos Torres en un día de feria. Al fondo se ve la iglesia de Santiago y las ruinas del palacio de los condes de Santa Eufemia. La foto es de principios de la década de los 50.

Qué extraño poder de fascinación tienen las fotografía en blanco y negro. No sólo por lo que evocan, sino por el futuro que anuncian. Quod es fui, quod sum eris. Ahí están personas que conocimos y ya nos resultan extrañas o personas que nunca vimos y nos parecen tan familiares. En Dos Torres, de la mano de Carlos Alcalde Gallardo, han tenido la buena idea de recopilar fotografías antiguas aportadas por los vecinos, que reproducen y componen un escenario impresionante de las cosas como eran antes, como fueron y en muchos casos como todavía son hoy. Ahí están las inevitables imágenes de grupos escolares de posguerra, de soldados fingiendo su marcialidad, de novias vestidas de negro, de procesiones del santo seguidas de la pareja de la guardia civil y de murgas carnavaleras de antes de la prohibición. Pero hoy me fijo en esas estampas de la vida cotidiana, hechas con la intención de recordarse a uno mismo cómo es, cómo fue, y transmitir ese recuerdo a los demás. Los retratos de Donato, hechos para perdurar, para que nuestra imagen permanezca brillante aun cuando la flor ya haya sido cortada.

La exposición "Nuestra Memoria en blanco y negro II" permanecerá abierta hasta el 28 de agosto en el Centro de Convivencia de Dos Torres. Solienses aconseja con entusiasmo su visita. El Ayuntamiento ha editado un catálogo que recoge todas las 82 fotografías que se exponen. Los textos que las acompañan tienen el mérito de recuperar para el presente los nombres de todos los fotografiados y el demérito, por criticar algo, del abuso de términos como "bucólico", "idílico" o "perpetrar", cuyos significados debería revisar el compañero Carlos.



Junta directiva y tamborilero de la hermandad de San Isidro de Dos Torres, recorriendo las casas del pueblo para cobrar las cuotas anuales de los hermanos y notificarles los horarios del día de la fiesta. La fotografía es de 1949.