Soluciones quiero

Soluciones quiero

Los teléfonos móviles y el correo electrónico parecen haber acabado definitivamente con las tarjetas de felicitación de Navidad, de modo que ya prácticamente tan sólo las instituciones públicas, asociaciones o empresas se complacen en felicitarnos a través de este entrañable modo. Resulta interesante, sin embargo, observar cómo todas estas entidades aprovechan tan tradicional envío para hacer propaganda de sus principios rectores. De las que he recibido este año, quisiera compartir estas dos con los lectores de Solienses, por distinto motivo. La de arriba la manda la asociación para la defensa del patrimonio histórico de Pozoblanco Piedra y Cal, y en ella se combinan de modo muy adecuado el humor, los motivos navideños y la siempre necesaria reivindicación de nuestro patrimonio monumental, por muy insignificante que parezca.

Esta de la izquierda me la envía el presidente de la Diputación de Córdoba y, fiel a las obsesiones que últimamente dominan en la casa provincial, insiste en el tema de la igualdad de género. En el árbol de la Diputación se han sustituido, con dudoso gusto, las bolitas de navidad por los símbolos sexuales (esto es: por los símbolos tradicionales del varón y la mujer; quizás se pueda decir también símbolos généricos, no sé, todavía no domino del todo la gender terminology). Siempre tuve problemas para saber qué símbolo es el de cada sexo (o género), pero los cuento y veo que hay diecisiete, así que de uno, en esta proclamación navideña de igualdad, hay más que de otro.

-Pregunta: ¿El Norte tiene solución?

-Respuesta: El Norte tiene recursos y cuando tienes recursos tienes soluciones. Lo que ocurre es que necesita que no se utilice para otros fines. Hace falta generar inquietud emprendedora porque no va a venir un mesías de fuera a resolver los problemas. La solución la tienen las personas de allí. (Entrevista a Francisco Pulido, presidente de la Diputación de Córdoba, en el Diario Córdoba)

Y hablando del presidente de la Diputación, qué poca fortuna ha tenido en su respuesta, estando en los días que estamos. ¿Cómo que no va a venir un mesías?. Pues, ¿de qué se trata entonces la Navidad?. Pero lo que más me llama la atención del párrafo anterior no es su incomprensible respuesta ("que no se utilice para otros fines", qué miedo), sino la pregunta de la periodista. ¿Qué imagen del norte de la provincia debe tener Isabel Leña, y con ella tantos otros, para preguntarse a sí misma y preguntarnos a todos si esta tierra tiene solución?.



"Y es que no faltó nadie". ¿Nadie?. Por lo menos uno sí.