El cuento del turismo

El cuento del turismo

La revista Turismo Rural y yo hemos vuelto a tropezar ambos por segunda vez en la misma piedra, ella encargándome otro artículo y yo escribiéndolo. En esta ocasión se trata de una reseña del Hotel Rural Dueñas Muñoz de Pozoblanco, que se publicará en enero. Hace un par de fines de semana, para documentarme mejor, estuve hablando un rato con Segundo Dueñas, su gerente y propietario, en una cordial e interesante charla que me desveló algunos aspectos novedosos del turismo comarcal. Por ejemplo, supe que, contrariamente a lo que pudiera suponerse, la mayoría del turismo en Pozoblanco no es de ocio, sino de negocio. La mayoría, obviamente, vinculado con Covap, tanto enviados comerciales que vienen a tratar asuntos empresariales como delegados de otras entidades similares a nuestra cooperativa que acuden a estudiar sus métodos de implantación y sus formas de expansión para después aplicarlas, en la medida de las posibilidades, a sus respectivas zonas geográficas. Abunda, en este ámbito, el turismo internacional. También tiene cierta relevancia el que podríamos llamar turismo deportivo (equipos que acuden a las competiciones que se celebran en la localidad) y, quizás a igual nivel, el turismo gastronómico, el que se desplaza atraído por los reclamos de los productos naturales de la tierra: el cerdo, la ternera y el cordero. El turismo propiamente rural, el que busca conocer lugares monumentales o naturales, es todavía en nuestra zona un sector minoritario, aunque en crecimiento.

Segundo me habló de cómo casi todos sus clientes, aunque muy especialmente los que vienen de otros países, alaban la tranquilidad que se respira en el pueblo. Poder salir a cualquier hora del día y de la noche y la amabilidad con la que, en general, se atiende al desconocido en los establecimientos son aspectos muy valorados por los turistas, cualquiera que sea el motivo de su venida. Muchos de ellos, además, completan esta inmersión anti-estres con una partida de golf en el campo municipal o un paseo a caballo a partir del club hípico, actividades también muy valoradas. En cuanto al turismo monumental, Belalcázar e Hinojosa son los destinos más demandados. Común a todos los visitantes es su voluntad de adquirir productos del cerdo ibérico (y, para ello, la tienda de Covap es el mejor destino) y aceite ecológico de Olipe.

Todo esto pude saberlo en apenas una hora de conversación placentera. Sin necesidad de gastar los 48.000 euros que la Mancomunidad y la Junta han pagado a la empresa Auren, la cual tras realizar ¡un centenar de encuestas a visitantes! (¿qué valor científico podrá tener tal muestreo?) ha llegado a la conclusión de que para mejorar el turismo en la comarca hay que "diseñar un portal de internet que recoja toda la oferta de turismo que existe en la comarca". El portal, lógicamente, se encargará a otra empresa -de esas muchas nacidas al calor de las subvenciones oficiales y que no viven de otra cosa- que cobrará otro tanto o más a costa de nuevas subvenciones (como el dinero es regalado, pues qué más da; y, mientras, la propia página de la Mancomunidad ahí está, muerta de risa y de abandono).

Llamo la atención de nuevo sobre la errática política turística que siguen, en general y salvo excepciones, la Mancomunidad y los ayuntamientos de nuestros pueblos, la mayoría de las veces sólo confiados en la elaboración de informes pagados su peso en oro, en la publicación de guías o folletos que jamás se distribuyen adecuadamente o en la asistencia a ferias que sirven más para el pavoneo institucional que para la promoción real. La política de subvenciones tiene buena parte de culpa de este fracaso: algunos creen que por el mero hecho de gastar mucho dinero se está trabajando eficazmente en un asunto y nada más lejos de la realidad. La parada de un solo tren diario en la comarca relanzaría el desarrollo turístico de la zona más poderosamente que pudieran hacerlo mil campañas publicitarias. Todavía nos queda mucho por aprender en estrategia, pero me temo que, mientras tanto, otros, que saben vivir muy bien del cuento del turismo, se están aprovechando de nuestra ineficacia.