Soliense del año: Daría Romero

Soliense del año: Daría Romero

Daría Romero en el balcón del Ayuntamiento de Pozoblanco durante la manifestación del 30 de noviembre.

Se trataría de nombrar a la persona que durante el año que acaba mejor haya encarnado los valores de lucha, defensa y promoción de Los Pedroches. A lo largo de 2007 ha habido varias personas que han destacado por su trabajo en este sentido. En el ámbito de la empresa, citamos a Tomás Aránguez, presidente de Covap, en quien personalizamos los éxitos obtenidos por la cooperativa durante este año: el inicio de su expansión internacional, la inauguración de la nueva fábrica de piensos o los numerosos premios recibidos como modelo empresarial. También destacamos su empeño volcado en la conversión de Covap en sociedad anónima, empeño que no compartimos pero que valoramos como iniciativa que, según su punto de vista (insistimos: a nuestro juicio erróneo), redundaría en el bien de la cooperativa. En el ámbito cultural, destaca la figura de Alejandro López Andrada, quien durante el año que termina ha recibido un premio de poesía, ha publicado dos libros, ha colaborado en la letra de una canción y ha recibido la noticia de que uno de sus novelas será próximamente llevada al cine, pero que además, y sobre todo, recibió el homenaje de su pueblo en forma de nombramiento como Hijo Predilecto de Villanueva del Duque. Pero, sin duda, los lectores estarán de acuerdo conmigo en nombrar indiscutible Soliense del año 2007 a Daría Romero, presidenta de la asociación Que pare el tren en Los Pedroches.


Pidiendo firmas durante la romería de la Virgen de Luna.

Daría Romero surgió de la nada una noche de enero en la asamblea de la Mancomunidad. Nunca habíamos oído hablar de ella y, aunque luego nos enteramos de que era la dueña del restaurante La puerta falsa de Villanueva de Córdoba, su venida nos pareció providencial, como llegada de alguna espiral del tiempo con la misión tan difícil de poner patas arriba la tediosa monotonía de la vida social y política de Los Pedroches. Desde entonces la hemos visto lidiar en mil batallas, sin ninguna concesión al cansancio, siempre en primera línea: en la concentración de Villanueva, en la marcha de coches a la capital de la provincia, pidiendo billetes para Los Pedroches en la estación de Córdoba (y en otras), en la manifestación de Pozoblanco, en el Congreso de los Diputados, enviando o entregando en mano informes a los políticos de todo signo, en las fiestas de los barrios, en ferias y exposiciones, en toda reunión multitudinaria donde se adivinara una oportunidad de divulgar su reivindicación, ahí estaba Daría, siempre incansable, siempre la primera. Es cierto que otras personas la han ayudado, que la causa ha crecido con la constancia de numerosos esfuerzos, muchos de ellos anónimos, algunos con nombre. Pero en su figura se encarna de un modo muy simbólico esta lucha que ha nacido con fuerza, que ha saltado por encima de la inercia simplona de las instituciones políticas locales y comarcales y ha inyectado a la comarca un empuje emprendedor y una imaginación activa de los que Los Pedroches hace tiempo que estaban muy necesitados.

Algunos, sin entender todavía de qué va todo esto, la tachan de política, como si hubiera alguna actividad verdaderamente relevante en el mundo que no lo fuera. Como si buscar el bien para la tierra propia de cada uno no constituyera una obligación política que todos los ciudadanos deberíamos asumir como irrenunciable. Tanto se ha desvirtuado el sentido de las palabras que al deber se llama ahora intromisión. Tanto se ha transformado el sentido de la realidad que a la constancia, a la creencia en las propias ideas, a la lucha por sacar adelante aquello en lo que se cree se llama ambición o nombres peores.

Daría es un ejemplo de comportamiento frente a una causa. Independientemente de los propósitos que guiaran su conducta, la pasión y la fe que envuelve su actuación, el tesón con que desarrolla un trabajo altruista que, de conseguirse, beneficiaría principalmente a la colectividad, incluso a aquel sector que la critica, la hacen merecedora indiscutible de este nombramiento honorífico. Porque, como frecuentemente se lee en los comentarios de Solienses, si en Los Pedroches hubiera muchas Darías las cosas serían de otro modo muy diferente.



Daría durante su intervención en la concentración de Villanueva de Córdoba.


Pidiendo un billete para la estación de Los Pedroches.


En la estación del Ave de Córdoba, el día de la marcha de vehículos. [Fotos: Dani, Jimeno y Merino]