Silencio administrativo

Silencio administrativo

Siempre me ha parecido el mayor desprecio de la Administración hacia los ciudadanos. El silencio administrativo supone la indiferencia total, la consideración soberbia de que el demandante no merece siquiera la caridad piadosa de una respuesta, aunque fuera negativa. Una Administración que se escuda en el silencio ante las demandas de los ciudadanos manifiesta un espíritu prepotente y altivo, una sobreestimación propia que quiere desdeñar a los administrados. Una demostración absoluta de desconsideración hacia cualquier iniciativa particular, individual o colectiva.

El caso es aquí más grave, por cuanto la así despreciada es otra Administración del Estado. Quedan pocas horas para que venza el plazo concedido por el Parlamento de Andalucía al Ministerio de Fomento para que determinara la ubicación exacta de la estación del Ave en Los Pedroches, según Proposición No de Ley aprobada el 29 de mayo de 2008, y nada parece indicar que se vaya a obtener respuesta en tal período. El desdeñado no es sólo el pueblo de Los Pedroches, que ha aguardado tres meses respetuosamente una contestación merecida, sino también el Parlamento andaluz, ninguneado a pesar de la debida consideración institucional. Los ponentes de la Proposición, que en su día hablaron con tan altas palabras, deberán ahora actuar de algún modo, para que un nuevo silencio no colabore más a ahondar el ultraje. Rafael Velasco, Salvador Fuentes y José Manuel Mariscal, que hablaron en nombre de todos los andaluces, tienen ahora la obligación política y el deber ciudadano de no olvidar sus frases potentes y sus furiosas iniciativas y demostrarnos que los ciudadanos de Los Pedroches también tenemos el derecho a que se nos repare con honor de un desaire más en esta cadena que suma ya tantos.

El episodio, además, contribuye profundamente a aumentar la baja consideración que muchos ciudadanos albergan del noble trabajo político y de sus asalariados. El diputado Rascón, que tanto dijo haber trabajado por la causa, no ha encontrado ahora en todo el mes de agosto unos minutos para contestar a un ciudadano que se interesa por el tema en la propia página web del político, allí donde reza "los ciudadanos y las ciudadanas hablan, el diputado atiende", y se supone que no es sarcasmo [es necesario registrarse para leer el foro]. Y así vamos, avanzando entre silencios y zancadillas.

¿Quién podría extrañarse, entonces, de que la asociación "Que pare el tren en Los Pedroches" haya debido desenterrar de nuevo las armas poderosas de la reivindicación popular? Con motivo del paso de la Vuelta Ciclista a España por Los Pedroches el próximo 2 de septiembre, se solicita a los ciudadanos que salgan con sus banderas rojas a lo largo de todo el recorrido, para que se visualice la demanda, para recordar que no hemos olvidado, que seguiremos activos mientras no se dé una solución satisfactoria a lo que se pide. La Vuelta no merece ninguna reverencia especial, más allá del sentido común y la buena educación: recuérdese que se trata tan sólo de una gran operación comercial montada por una empresa privada con mera intención de lucro, en la que lo deportivo ocupa una parte meramente testimonial. La acción reivindicativa de los ciudadanos de Los Pedroches en favor de su futuro no restará vistosidad al acontecimiento, sino que le aportará dignidad. La dignidad que han querido hurtarnos las administraciones apeladas cuando, habiéndoseles pedido voz, han preferido contestar con el silencio.


Ante la Puerta de Brandeburgo, en Berlín, hace tres días. [Más...]