Restauraciones a martillazos

Restauraciones a martillazos

Fachada de la Casa de los Velarde de Añora, sin la cornisa.

El Ayuntamiento de Añora tiene la intención de adquirir próximamente la denominada Casa de los Velarde, situada en la Plaza de las Velardas de esta villa. Se trata de una buena noticia para el patrimonio histórico-artístico de la comarca, pues no cabe duda de que la intervención del consistorio noriego garantiza el mantenimiento y recuperación de las estructuras arquitectónicas de este edificio y la preservación de los valores históricos y artísticos que alberga. [26 de junio de 2008]

Así escribí entonces, porque uno no deja de pensar siempre que la intervención de la administración pública resulta la mejor garantía para el mantenimiento de los valores arquitectónicos de un edificio histórico. Sin embargo, ya hemos visto también en otros casos que el asunto no está tan claro. El Ayuntamiento de Añora ha comenzado la rehabilitación de la Casa de los Velarde por el tejado y a la primera ocasión ya se ha cargado -al menos- uno de los elementos arquitectónicos singulares de la fachada: la cornisa.

La Casa de los Velarde, que data del siglo XVIII, es la única vivienda señorial que existe en Añora y representa, por tanto, una singularidad patrimonial en el conjunto urbano de la localidad. Su elemento artístico más valioso es la fachada, que contiene una portada de granito compuesta por ciclópeas jambas y dintel lisos, rematados por un frontón partido con pináculos. Asímismo, la cornisa bajo el tejado conservaba la línea de edificación primitiva, de cuando quizás toda la manzana, hoy fragmentada en cinco viviendas, constituía una sola. En la actualidad, sólo esta fachada y otro fragmento en la esquina mantenían la configuración original (que se aprecia también en otros elementos comunes, como las rejas de las ventanas) de una gran mansión solariega que acabó dando nombre a la plaza que se abre en su frente.


La fachada antes.


La fachada ahora

La intervención municipal, sin embargo, ha comenzado destruyendo la cornisa rústica bajo el alero, en una actuación irreversible que debe ser considerada sin duda un atentado contra el patrimonio monumental de la localidad. Se da la circunstancia de que este edificio se halla catalogado en las Normas Subsidiarias de Añora como un elemento patrimonial con "protección estructural", es decir, que ninguna intervención en él debería modificar "la estructura arquitectónica originaria ni sus aspectos esenciales". La cornisa ahora destruida constituye un elemento arquitectónico definitorio de la fachada y un componente artístico relevante que contribuye a dotar al conjunto de una unidad estilística y temporal.


Detalle de la cornisa, ya desaparecida.

Ese elemento ya resulta irrecuperable, pero hay otro que, estando en peligro, podría todavía revertir a su estado primitivo. Se trata de la altura en la alineación. Es mera intuición sin contrastar, pero tengo la impresión de que el derrumbe de la cornisa se ha realizado con la intención de levantar la fachada a mayor altura, quizás con voluntad de proporcionar mayor vistosidad al conjunto. Quizás se consideró, siguiendo la lógica analfabeta de los tiempos, que la portada quedaba demasiado encajonada con el tejado y había que darle más luz. Tal despropósito, caso de haberse considerado, aún puede evitarse, puesto que el resto de vivienda original que se encuentra en la esquina nos proporciona la línea primitiva, la que necesariamente debería conservarse en un edificio histórico de titularidad pública que goza de cierta protección urbanística.

La adquisición de la Casa de los Velarde por parte del Ayuntamiento de Añora tenía la misión de garantizar sus valores patrimoniales y conservar para futuras generaciones su significado histórico y artístico, pero no ha sido así. Otra oportunidad perdida.


La casa de la esquina mantiene la misma alineación que la Casa de los Velarde y la reja de la ventana es idéntica, prueba de que originariamente eran la misma.