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La ermita de San Antonio de Pozoblanco, ayer y hoy.

Manuel Moreno Valero, que hace apenas cuatro meses publicó un estudio sobre el obispo Pozuelo, acaba de sacar a la luz un nuevo libro sobre la historia cultural de Pozoblanco, titulado Ermita de San Antonio de Pozoblanco. Más que una obra propiamente de investigación, constituye una síntesis de los conocimientos que sobre el tema teníamos hasta ahora, con unas pocas incorporaciones puntuales procedentes del Archivo General del Obispado de Córdoba, al que el autor tiene acceso privilegiado.

La obra se inicia con una larga introducción divulgativa en torno a las características genéricas de las ermitas de Los Pedroches en general y Pozoblanco en particular y un capítulo algo forzado y documentalmente desfasado sobre algunos hitos del urbanismo de los dos últimos siglos en el sector norte de la ciudad. La parte propiamente dedicada a la ermita bebe en numerosas ocasiones de informes administrativos que no siempre se identifican adecuadamente. A mi parecer, se dedica demasiada atención en un libro de esta naturaleza a la restauración de la ermita realizada en 2009, de cuyo controvertido desarrollo el autor extrae unas conclusiones muy discutibles (como el papel jugado por las asociaciones culturales de la localidad o la validez de la respuesta de los autores del proyecto a la polémica en torno a la restauración, basada más en criterios meramente técnicos que propiamente conservacionistas y que difícilmente puede considerarse acertada). El libro se completa con breves capítulos referidos a aspectos secundarios relacionados con la ermita, como algunos datos sobre la cofradía moderna o costumbres populares en torno al santo.

***

La ermita de San Antonio de Pozoblanco constituye hoy un triste paradigma de lo que ha sucedido en los pueblos y ciudades de España durante las últimas décadas, en las cuales se ha producido una alteración del paisaje urbano mucho más profunda que en los dos siglos anteriores. Las imágenes que reproduzco a continuación dan buena cuenta de ello. Un crecimiento incontrolado de la ciudad, que atendía más a criterios especulativos que propiamente urbanísticos, ha dado lugar a la irreparable desaparición de paisajes entrañables conformadores de la identidad local, sin que nadie haya alzado la voz con autoridad para denunciarlo. Más grave que la aludida restauración de 2009 resulta para la ermita y sus construcciones aledañas la desconexión absoluta con el entorno al que se ha visto obligado el conjunto, con un desprecio absoluto hacia los valores sociales, culturales y religiosos del lugar. Un edificio que constituía en realidad un hito terminal ha sido engullido literalmente por edificaciones recientes, a las que no se ha exigido ningún canon estético o técnico que atenuara la violencia de su construcción. La ermita de San Antonio, pues, ya nunca será lo que fue, porque el entorno ha hecho de ella otra cosa y no mejor. Y lo más triste, lo más tremendo, es que no había ninguna necesidad de ello. Pero eso lo sabemos ahora, cuando ya es tarde.


La ermita de San Antonio de Pozoblanco, hace algunas décadas. [Foto: Facebook]


El mismo lugar, hoy. [Foto: Solienses]

5 comentarios :

Anónimo | miércoles, julio 03, 2013 6:23:00 a. m.

Donde va a parar, mucho mejor la foto más antigua sin el "Mercadroga" al lado y los pisos del boom de dudosa calidad.

Anónimo | miércoles, julio 03, 2013 9:07:00 a. m.

Y para mas inri esto sigue siendo la cañada Real Soriana, ya no vienen los sorianos para volver por sus fueros, la consejería de medio ambiente no la desafecta y consiente las actuaciones del principal intruso: el Ayuntamiento de Pozoblanco.
! Si mi abuelo levantara la cabeza! Diría que los pisos de la foto están sobre la cañada

Anónimo | miércoles, julio 03, 2013 7:48:00 p. m.

Pozoblanco, piedra y cal
sin otro particular.


Gracias a nuestros ediles y técnicos municipales, ya ni siquiera piedra y cal...

Anónimo | viernes, julio 05, 2013 1:01:00 a. m.

En algunos pueblos existe la creencia de que mientras más bloques de pisos, más aspecto de ciudad tiene el pueblo, y hay que aparentar que se es ciudad y no pueblo.

Lengua Primaria | viernes, julio 05, 2013 8:31:00 p. m.

Fue una vergüenza la "restauración" hecha a la ermita de San Antonio. Conservaba ese aire de tradición cultural, religiosa etc. y era de las pocas que quedaban en el Valle

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