"Eucaliptos"
Eucaliptos a la entrada de Villanueva de Duque, ya desaparecidos.EUCALIPTOS
A José Luis Blasco Chaves, in memoriam
Aunque nadie los ve, siguen ahí, gimiendo bajo el frío,
justo enfrente del bar de tu niñez: la Ponderosa.
Qué angosta es la nostalgia,
José Luis. Tus padres llenan de café y vainilla
la pudorosa luz de aquellas horas
en que los dos tocábamos canciones románticas
y dulzonas de los Brincos
con frágiles guitarras de juguete. Regreso a tu alegría
y las palomas alzan el vuelo aquí, en mi corazón,
para llegar despacio a los pasillos
de tu alma cristalina. Veo las rosas tendidas en el paseo
de la ermita, la brisa acicalando los sembrados
de trigo y de cebada, mientras nombras
objetos con palabras que aún no existen. La luz de mayo
inunda tu mirada con pétalos de blenda. Entre las sombras
de las acacias vamos regresando
hacia el temblor del pueblo derramado junto a Villa Numancia.
Somos niños y aún no ha crecido el tiempo, ni las horas
nos han mordido con su velocidad de espuma viperina.
Hoy, que no estás, sigues viviendo despacito en mí.
Te veo sentado bajo los eucaliptos, sonriendo, a pocos metros
de la esquina
donde dormita el sol de la niñez, tras los cristales de la Ponderosa.
Alejandro López Andrada
1 comentarios :
Es indudable que la nostalgia evoca, reconduce y conecta. Explica y te transporta. No puedo añadir nada a aquellos viejos tiempos. Estaba en otros lados. Si puedo decir cosas de tres o cuatro años: los últimos. Un José Luis maduro, escritor, periodista, revisor, compañero, mente clarividente y generosidad a raudales. Enfermo thumorista me contagió su empuje y su saber estar. Maestro resiliente en silencio y sonrisas. El tiempo pasó rápido, pero tú estás ahí, por todos los rincones, con tu mirada sólida y los brazos abiertos. Gracias por muchas cosas...¡Maestro de maestros!
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