Lo más leído en los últimos días

BLOGDROCHES Actualidad

Blogs de autor

Políticos

La culpa


El párroco de Pedroche imparte la bendición desde la torre el pasado Domingo de Ramos [Foto: Pedro de la Fuente].


¿Quién tiene la culpa?

En los siglos pasados, la iglesia católica lo tenía claro: las plagas y epidemias eran castigos divinos ante la actitud pecadora del hombre. "Pues acontece, mereciéndolo así nuestras culpas, castigar Dios a su pueblo con alguna enfermedad contagiosa", escribía en un edicto el obispo cordobés Domingo Pimentel cuando la peste de 1649. "Por sus muchas culpas y pecados Dios nuestro Señor se muestra ofendido de su misericordia, al presente los castiga con el mal de pestilencia, que ha sido servido de enviarles", asumían contritos los habitantes de Torremilano en 1650, cuando formalizaron el voto patronal a San Roque. Dios era, a la vez, la causa y la solución, pues la cólera divina provocaba una eclosión de sentimientos religiosos que se traducía humanamente en procesiones, novenarios, rogativas, votos y demás fenomenología que, si no curaba, al menos mantenía entretenida a la población y le ofrecía algún consuelo siquiera fuera fundado en una vana esperanza.

En nuestro siglo, la ilusión religiosa parece haber desaparecido complemente en la población, al menos de forma colectiva, que es como se construyen las devociones seculares. Hemos vivido la astracanada de San Juan Gabriel Perboyre, que tiene hornacina en Pozoblanco, aunque nadie lo sabía, pero todo quedó en anécdota sin recorrido. Ningún fenómeno religioso de entidad parece que vaya a surgir de esta pandemia, quizás porque una población culta ha llegado a comprender ya que en situaciones como esta más vale encomendarse a la ciencia que a la fe.

En la actualidad, en cuestiones de culpa, se actúa siempre a través del mecanismo psicológico de la proyección: la culpa siempre es de otro, del otro. En posiciones de política ideológica se ve muy claro en estos momentos de pandemia mortífera. La culpa de lo mal hecho es del gobierno de la nación, que es socialista, pero lo que ha salido bien es gracias al gobierno autonómico, que es popular, dicen los populares. Y al revés y a la contra y viceversa. Reduciéndolo al ámbito local, la ecuación es la misma: si el virus no ha entrado en la localidad, se debe al buen hacer del alcalde; si ha entrado, a la mala política del gobierno nacional (dirán unos) o autonómico (dirán otros). La culpa, así, queda diluida entre todos y desaparece.

Hay una abstracción simbólica de la culpa que se convierte en objeto de enfrentamiento, que si tú, que si yo. Los nuestros frente a los otros. A veces termina por olvidarse el motivo primigenio, la causa, para centrarnos exclusivamente en la culpa, que puede moldearse más fácilmente a nuestro antojo, pero perseguir su adjudicación como único fin puede convertirse en tarea improductiva. El virus está ahí y no cabe sino atribuirlo a causas naturales, pues todo en el universo obedece a relaciones físicas y químicas, a fenómenos ordinarios que se producen fríamente sin más motivo ni porqué, gobernados por esa incertidumbre causal que unos llaman dios y otros azar.

9 comentarios :

Anónimo | viernes, mayo 01, 2020 2:46:00 p. m.

No sé si hay culpables. Pero lo que si es cierto que a los países pobres apenas le afecta y en cambio en los países más ricos y desarrollados hay un drama de consecuencias incalculables. Derivarlo a la esfera política es un error. Hay que situar el fenómeno en la escena económica que ha podido generar la pandemia. No quiero ser pesimista pero sanitariamente no veo claro en qué va a acabar esto.

Anónimo | viernes, mayo 01, 2020 4:05:00 p. m.

"escena económica que ha podido generar la pandemia" puede ser... Pero vaya panda tontolaba que con nuestro buen hacer la estamos extendiendo, aunque realmente la culpa de todo ésto es de Dios por crear el virus y de Pedro Sánchez por obligarnos, bajo serías amenazas, a abrazarnos, reunirnos y besarnos cuando"esto" ya sabían todos que estaba aquí. Vaya, que pereza de gente.

Anónimo | viernes, mayo 01, 2020 6:18:00 p. m.

Es verdad, así lo considero, la culpa siempre es del otro, de los otros, de los demás.Tenemos una doble vara de medir, es increíble como justificamos nuestras palabras, nuestros actos, y juzgamos severamente los de los demás.
En la realidad en la que nos encontramos ante una pandemia sin precedentes, ni hoja de ruta a seguir......son muchas las voces que claman, sobre todo en medios de comunicación, y redes sociales buscando culpables, sin aportar ningún tipo de propuesta ni solución, centrándose en lo más negativo de la situación, crispando, desmotivando, CULPANDO siempre a los "otros" siempre he defendido que a los problemas, soluciones, y si no somos capaces de aportar nada constructivo, cuanto bien haríamos al menos con no sembrar discordia, enfrentamiento y desazón, en ese empeño de culpar siempre al otro.

Anónimo | viernes, mayo 01, 2020 10:46:00 p. m.

Magnifica foto. Esta el Padre, el Espíritu Santo y falta el hijo.

Anónimo | sábado, mayo 02, 2020 3:24:00 a. m.

De lo más sensato que se ha leído por aquí,con diferencia.

Anónimo | sábado, mayo 02, 2020 10:27:00 a. m.

El hijo está en la tierra salvandonos. No se si en una UCI o en un laboratorio biomedico buscando una vacuna. De los otros ... No te fíes ni de tu padre dice el dicho, y averigua que clase de pájaro es el que queda. Me quedo con el que no salió en la foto

Anónimo | sábado, mayo 02, 2020 1:09:00 p. m.

Foto políticamente incorrecta: el Espíritu Santo se acerca al Padre y este le amenaza con darle un trancazo en la cabeza. Veo yo ahí competencia por adjudicarse el mérito de acabar con la pandemia: "Si estoy yo aquí, ¿a qué vienes ahora Tú?. Perspicaz el que ha visto la semejanza con la Santísima Trinidad. Sobre la culpa: odio la palabra culpa. "Tú tienes la culpa", "de todo esto la culpa la has tenido tú". Y nos quedamos tan tranquilos. Descansamos cuando hacemos recaer la culpa en otros. Es como si "la culpa" flotara en el ambiente, nos molestara, y, al endosársela a otro, desapareciera como desaparecen las nubes de tormenta. Tenemos ya un culpable. El orden se recompone. La vida puede seguir transcurriendo con normalidad. Si existe perdón es porque antes ha existido la culpa. Creo que todos sabemos quién popularizó la culpa. "Busquemos culpables y todo estará resuelto", decimos en cualquier conflicto. Decimos ahora: "Es el tiempo del trabajo y de buscar las soluciones, luego buscaremos culpables". La amenaza, el ensote irresistible de levantar el dedo y apuntar a alguien. Y disparar luego. La culpa siempre esperando porque hasta que no señalemos y condenemos nunca estaremos tranquilos. ¿Dónde estará la intrínseca raíz de la culpa?

Anónimo | sábado, mayo 02, 2020 2:11:00 p. m.

Por la nitidez de la imagen del pajaro, la escala del mismo comparado con el Padre, me da a mí la impresión que es un fotomontaje. No pasa nada pero creo que es así. SyR.

Anónimo | viernes, mayo 15, 2020 10:46:00 a. m.

La culpa de la pandemia la explica muy bien Fernando Valladares, científico del CSIC. Os sugiero que lo busqueis - hay mucho en internet. Este es uno de los enlaces https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2020-04-28/entrevista-fernando-valladares-coronavirus-vacuna_2569143/

Las catástrofes naturales - como bien dice Antonio - las puede explicar la ciencia - más tarde o más temprano. El mayor problema son los virus sociales o los politicos.... estos se controlan y se curan peor...y para mí es vergonzoso que nos los estén inoculando todos los dias a todas horas. Contra estos sólo vale la formación, la cultura, la reflexión... la irrupción de este virus en nuestras vidas ha puesto de manifiesto demasiadas cosas que tardaremos en asimilar pero que nos cambiará la vida....nos la está cambiando ya. Nada será igual. La nueva normalidad es una frase, puro camelo. Nadie sabe como será esa nueva normalidad

Publicar un comentario