Lo más leído en los últimos días

BLOGDROCHES Actualidad

Blogs de autor

Políticos

Cerca de ti

Ventanas de la sacristía de la Catedral de la Sierra [Foto: Solienses].

Sin saber exactamente en qué consistía aquella convocatoria. Uno acude temeroso, receloso, quizás porque, en este mundo de la comunicación digital altruista, uno no está acostumbrado a la calidez de una invitación generosa, sino más bien a la aspereza de los desprecios. Teme, por lealtad, sentirse obligado luego a hablar bien de lo que se le ofrezca allí, incluso aunque observe aspectos negativos. Y, lo peor de todo, teme estarse entregando a un dulce soborno que le reclame buenas palabras a cambio de cordialidad, estando como estamos todos tan necesitados de afecto.


Todos estos temores desaparecieron de golpe en cuanto llegamos a Hinojosa. Habíamos sido convocados allí una quincena de personas de Los Pedroches de lo más variopinto, con el nexo común de nuestra presencia más o menos regular en las redes sociales y en la comunicación digital. Muchos ya nos conocíamos de otros eventos comarcales, pero era la primera vez que acudíamos a un acto como protagonistas, al que se nos había invitado para ser nosotros los agasajados, y no para agasajar a otros, como suele ser lo habitual. La concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Hinojosa del Duque estaba ensayando una fórmula novedosa para enseñar el potencial turístico de la localidad a través de los ojos de personas de la propia comarca. Era una apuesta por fomentar el turismo más cercano, de proximidad, en la que los participantes serían los encargados de contar, a través de sus cuentas de Instagram o Twitter, blogs o páginas de Facebook, todo lo que Hinojosa del Duque puede ofrecer como destino turístico.


Todos los temores, digo, desaparecieron cuando se nos recibió con respeto y un punto de admiración, y nadie nos exigió hacer nada. El encuentro había sido preparado con tanto mimo, con tanto cuidado al detalle, con tantos deseos de agradar, con tanto cariño, que al poco rato todos nos sentimos arropados en un universo de calor al que generalmente no estamos acostumbrados. Así, todo comenzó a fluir con franqueza y nuestra tendencia natural a enviarlo todo enseguida al mundo virtual surgió espontáneamente con la sorpresa de descubrir una Hinojosa del Duque que, a pesar de haberla visitado tantas veces, nos tenía aún reservado un amplio espacio para el asombro y el descubrimiento


Cúpula de la ermita de la Virgen del Castillo [Foto: Solienses].

Tras una breve recepción en el Ayuntamiento, con su alcalde Matías González, comenzó un recorrido por los principales atractivos monumentales de la localidad, explicados con solvencia y rigor por la guía turística Sara Aranda, que nos acompañó con su sabiduría durante toda la jornada. En primer lugar visitamos la ermita de la Virgen del Castillo, donde admiramos sobre todo el camarín barroco que acoge la imagen, una explosión de luz y color que dinamita la austeridad habitual de nuestros templos comarcales. Pudimos contemplar el suelo, habitualmente cubierto por alfombras, y sorprendernos por la anécdota de que debajo de ese camarín, en lo que antiguamente era la sacristía de la ermita, si sitúa ahora la cocina de un bar colindante. 


Detalle de los arcos en el interior de la Catedral de la Sierra [Foto: Solienses].

Luego pasamos a la iglesia de San Juan Bautista, la Catedral de la Sierra, contemplando primero su exterior, subrayado por la luz de una soleada mañana otoñal, y luego el interior, tan lleno de tesoros admirables. Pude subir por primera vez a la torre de la Catedral, a través de sus 85 escalones en espiral. Desde arriba se distingue el castillo de Belalcázar, las sierras de Santa Eufemia y hasta la fábrica de piensos de la Covap en Pozoblanco, a más de 30 kilómetros de distancia. El recorrido por la iglesia, además de lo fundamental, que es mucho, está salpicado de pequeños detalles y anécdotas: la puerta de la sacristía que estuvo policromada antiguamente, la intención de cubrir las naves con bóvedas que hubieron de sustituirse por artesonado, el coro que oculta los arranques de los arcos porque se construyó después del conjunto, la Inmaculada de un discípulo de Gaudí, los versos de Poliziano en el batisterio...


El grupo posa delante del santuario de la Virgen de la Antigua [Foto: Hinojosa es turismo].

Luego llevamos a cabo parcialmente la ruta de las ermitas, visitando la de Santo Domingo de Guzmán y la de Nuestra Señora de la Antigua. La primera nos trajo gratos recuerdos del Premio Solienses, que fue entregado allí en 2016. En esta ermita se reunían los concejos de Hinojosa del Duque y Belalcázar para tratar asuntos comunales y cada uno entraba por su puerta. En el santuario de la Antigua vimos las nuevas pinturas que decoran la bóveda del altar mayor, recientemente realizadas por Javier Aguilar. En el exterior, mientras el cielo se ennegrecía, probamos suerte con la campana, que ofreció su resistencia.


Era ya hora de comer y la organización nos había distribuido en tres restaurantes de la localidad: Mesón Brigadier El Condesito, Piedra y Luz y El cazador. A mí me correspondió el primero, junto con un encantador grupo de comensales (la mayoría de los cuales nos veíamos por primera vez) que elevó la situación a inolvidable. La comida que nos sirvieron era deliciosa y con mucho estilo, poco convencional por estas tierras nuestras, desde las berenjenas confitadas con queso de cabra, el pulpo a la plancha o el tartar de atún, sin olvidar las carnes tradicionales con su punto de modernidad. La antigua casona del brigadier está llena de misterios para quien crea en ellos y eso añade un plus de atractivo a un lugar ya de por sí con mucho encanto.


Tras la comida, dimos un paseo por algunas plazas y calles de la localidad, en obligada selección: la del convento de las Concepcionistas, la de la ermita de Santa Ana, la calle Corredera... Hubo referencias a muchos otros lugares que no alcanzamos a visitar por falta de tiempo y Sara nos contó que ha proyectado realizar un itinerario turístico por los mosaicos y hornacinas que ha localizado en todo el pueblo, de los que ha inventariado 22 y quién dice que no haya más. Surgió el tema del eterno problema del visitante en nuestros pueblos, que es encontrarse con los lugares cerrados, y convinimos en la necesidad de ponerse en contacto previamente con las oficinas de turismo, allí donde las haya, para garantizar horarios y evitar decepciones.


Así nos íbamos acercando a la guinda final de la jornada, uno de los lugares más extraordinarios de toda la comarca de Los Pedroches y que ningún turista (lejano o de aquí) debería dejar de visitar por encima de todo. Quien quiera conocer de dónde vienen Los Pedroches de hoy debe sumergirse en el Museo Etnológico de Hinojosa del Duque, que no es solo suyo, sino de toda la comarca. Lo visité por primera vez hace unos pocos años y al volver ahora lo he encontrado aún más evocador que entonces, más lleno de emociones en cada objeto. Serpentear entre todos los materiales allí expuestos es una tentación constante a captar una imagen tras otra, porque todo allí es fotografiable, todo seduce y reconforta a su modo.


El grupo, ya algo mermado, bajo las bóvedas del Museo Etnológico [Foto: Hinojosa es Turismo].

Se acercaba el final, pero antes de la despedida nos tenían preparado un encuentro con Pedro Calvo Díaz, que será el director de la próxima edición de la representación popular de La vaquera de la Finojosa, que se celebrará en agosto del año que viene. Pedro, con una solemnidad que contrastaba con los humildes cacharros de cocina colgados en las paredes del recinto que nos acogía, desgranó algunas claves del Marqués y la Vaquera, de su intención de fidelidad al texto de Francisco Benítez y de lo que significa esta puesta en escena para el pueblo de Hinojosa.


Al despedirnos, el Ayuntamiento nos obsequió con un ejemplar de La Ilustre y noble villa de Hinojosa del Duque de Juan Ruiz, el libro que desde principios del siglo XX marca la senda de la historiografía local. Despedirnos con un libro fue un gesto hermoso, allí, al lado de la caja fuerte del museo que guarda un enigma, porque nadie ha conseguido abrirla aún. Ya era noche en el exterior y al frío serrano que se nos echó encima se añadió conocer en ese mismo momento la triste noticia de la muerte de Almudena Grandes. Aún restaba un último momento de cordialidad y confidencias en el bar Origen, frente a los silos iluminados, con gin-tonic e Izal. Pero esa es otra historia.


Un naranjo en la plaza del Convento de las Concepcionistas [Foto: Solienses].


Ahora, tres días después, me he sentado a escribir esta crónica de lo vivido el sábado pasado entre tantas emociones. Incluso ya cernido el entusiasmo del momento por el tamiz del tiempo, toda la jornada se recuerda como una experiencia maravillosa. Por la conjunción de monumentos extraordinarios, de explicaciones fundamentadas, de recibimientos cariñosos y de cordialidad. He leído o escuchado a alguno de los presentes decir que aquel encuentro hizo mucho por afianzar (¿o reconstruir?) el ideal de comarca, porque éramos gente de aquí, de diferentes pueblos, que nos reuníamos para apreciar a uno de los nuestros, para conocerlo mejor y extraer de él toda su esencia, para luego poderla contar con mayor conocimiento. Creo no equivocarme si digo que todos quedamos profundamente seducidos y atados para siempre a la historia y la cultura de Hinojosa. No niego que los dulces de boda de Moraño y el vino de pasas de Bodegas Barbero tuvieran mucho que ver en todo ello.


Recreación de una cocina tradicional en el Museo Etnológico [Foto: Solienses].

Plaza de la catedral vista desde la torre [Foto: Solienses].


Interior de la ermita de Santo Domingo [Foto: Solienses].

5 comentarios :

Satur | miércoles, diciembre 01, 2021 9:24:00 a. m.

Gracias. Las sensaciones más puras y auténticas pueden descubrirse aún en los pueblos de los Pedroches. Hinojosa es uno más de ellos. Desconocido, lamentablemente, con el resto de la comarca por sus propios habitantes. Las gentes de los Pedroches necesitamos un programa de “alfabetización" turística para poder valorar y proyectar al exterior nuestra tierra. Sean bienvenidas todas estas propuestas innovadoras.

Anónimo | miércoles, diciembre 01, 2021 9:36:00 a. m.

Solo os faltó, como guinda del pastel, visitar el convento de Santa Clara de Belalcázar, que se publicita en los paseos dominicales por Hinojosa.

Juan Gutiérrez | jueves, diciembre 02, 2021 12:34:00 p. m.

En esta crónica, me he visto rodeado de chiquillos visitando la Iglesia de San Juan, la barroca iglesia de S. Isidro, la Escuela de Capataces,.. Me he visto colaborando en la organización de representaciones teatrales o conciertos de música en la Virgen del Castillo. Me he visto en la ermita de San Gregorio o Santo Domingo mientras un grupo de chiquillos las dibujaban en sus folios...Y fui feliz. Y todo era bueno.

Anónimo | viernes, diciembre 03, 2021 12:59:00 a. m.

Lo importante no es hacer comarca, ni promocionar un pueblo.
A veces, tengo la sensación de que estamos vendiendo humo, aunque el articulo ya esboza que la mayoría de los sitios te los puedes encontrar cerrados habitualmente
Hay muchas formas de viajar, de disfrutar del paisaje, de comer y de alojarse. Vuestra visita parece que estuvo bien organizada y además no os costó nada ( os invitaron).
Casi todos los sitios que has nombrado los he visitado. El recuerdo de mis experiencias me hace dudar de que haya gente dispuesta a pagar por ello, una vez me multaron por exceso de velocidad (70) que tienen puesto "para que pase la Virgen de Guía"
Supongo que la Virgen pasará solo el día de la romería, pero el disco esta allí siempre, dispuesto para hacer caja.

Anónimo | viernes, diciembre 03, 2021 7:53:00 a. m.

Cerca de ti.
Bueno, cerca, cerca, de ningún lado. Hay que poner voluntad para venir aqui. Porque seamos realistas, nadie va a venir expresamente a visitar Hinojosa, ni ningún otro pueblo de los nuestros. Por eso estos inventos están bien para mirarnos el ombligo y recrearnos en lo bueno y bonito que tenemos, que en verdad no es tan bueno, ni tan bonito, nadie va a venir a ver expresamente la Iglesia parroquial de Hinojosa, por mucho que la llamen catedral, en la geografía española hay muestras a patadas de lo que pretendemos enseñar. Por eso nuestro futuro en esto del turismo está en vender lo que nos hace diferentes, vendernos como comarca, ahí si podemos tener atractivo, gastronómico, paisajistico, etnologico... Todo es cuestión de voluntad y dinero, mucho dinero en inversiones para que se nos ponga en el mapa y decir aqui estamos ven a conocernos.

Publicar un comentario