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Alcaldes atrapados

De izquierda a derecha, Bartolomé Madrid, Juan Díaz, José Chaves y Catalina Barragán.

En mayo del año pasado celebramos en Alcaracejos la entrega del Premio Solienses. El acto tuvo lugar en la explanada del Silo (actual centro termal) y resultó ser una de las convocatorias más entrañables realizadas hasta ahora, habiéndolo sido todas mucho. En el buen desarrollo del acto de entrega del premio tuvo que ver, sin duda, el especial interés que mostró en su realización el joven alcalde de Alcaracejos, con el que todo fueron facilidades. Una vez concluido, cuando ya nos despedíamos, le comenté a José Luis que el acto de entrega del premio Solienses se realiza cada año en un pueblo. "Hasta dentro de diecisiete años no le toca otra vez a Alcaracejos", le dije en broma. "Espero que para entonces no continúes de alcalde", añadí. "Por tu propio bien", rematé.


En Los Pedroches estamos acostumbrados a alcaldes de larga duración, hasta el punto de que ha llegado a parecernos normal lo que en realidad constituye una excepción. Mítico fue el caso de Elías Romero, que aguantó 36 años como alcalde de Santa Eufemia (1983-2019). Bartolomé Madrid va a cumplir 28 años como primer edil en Añora, mientras que Luciano Cabrera estuvo 24 años en Alcaracejos y Juan Díaz lleva otros tantos en El Viso. También cumplirá 24 años en la alcaldía de Cardeña Catalina Barragán, aunque repartidos en dos periodos (1991-2007 y 2015-2023). Veinte años, en fin, cumplirán en mayo José Cháves en Fuente La Lancha, Marisa Medina en Villanueva del Duque y Santiago Ruiz en Pedroche (estos dos últimos han anunciado ya que no se presentarán a la reelección). Finalmente, Manuel Torres completará en mayo 16 años al frente de la alcaldía de Dos Torres y Matías González 14 en la de Hinojosa del Duque (si bien en dos periodos, 2005-2011 y 2015-2023). 


En todos estos casos, debemos concluir diciendo que son muchos años en un mismo cargo público. Demasiados como para que cualquier persona, humanos como somos al fin y al cabo, no sienta demasiadas tentaciones en su ejercicio, o resulte tentado demasiadas veces y acabe cayendo tarde o temprano en cualquiera de ellas, dios no lo quiera. Miguel Cardador López, editor de varias publicaciones comarcales, lo expresó en su día de forma muy clara: "Está más que demostrado que la prolongación excesiva en el tiempo ocupando cargos públicos acaba habitualmente por generar casos de corrupción y múltiples irregularidades en la gestión". Y concluía: "Nadie debería estar en un cargo público cobrando como profesional más de 12 años, porque de lo contrario la corrupción seguirá anidando". Justos los doce años que cumplirá en mayo Francisco Buenestado al frente de la alcaldía de Conquista.


Cuando uno está demasiado tiempo en un lugar, acaba creyendo que todo eso le pertenece, que no debe explicaciones a nadie, que nadie hará las cosas mejor que él o que ella. Somos humanos y es inevitable que este sentimiento nos invada. Tardamos en darnos cuenta de lo absolutamente prescindibles que somos, de lo rápidamente que vendrá otra persona a sustituirnos en cuanto lo dejemos. Y seguramente el nuevo, la nueva, lo hará mejor que nosotros, porque si bien la experiencia es un grado, no hay, sin embargo, entusiasmos que puedan durar veinte años, nadie tiene tanta capacidad de ideas como para no hundirse ya en la rutina, aunque a cada uno de sí mismo le parezca lo contrario.


A los alcaldes que se aferran de este modo al cargo a menudo los acusamos precisamente de esto, de no permitir que personas jóvenes entren con nuevas ideas, de no mostrar la humildad suficiente como para bajarse un escalón y facilitar que otros, con las ilusiones todavía intactas, ocupen los primeros puestos. Hay como un tapón generacional que dificulta la renovación de personas y el consecuente aporte de nuevas utopías y sueños gozosos por cumplir.


Sin embargo, pienso que a veces tras la figura de un acalde acaparador (vamos a llamar así al que continúa en el cargo durante demasiados años) se oculta un alcalde víctima. No sé si víctima del sistema, de la sociedad o de sí mismo. Es aquel alcalde que ya no puede dejar de serlo, aunque quisiera. Son alcaldes funcionariales que han hecho del cargo su profesión y a revalidarlo dedican todos sus esfuerzos, conocedores de las teclas que hay que tocar en su pueblo para volver a salir elegido una y otra vez, los resortes del clientelismo. Son alcaldes que, vistos desde esta perspectiva, no transmiten ya arrogancia, sino conmiseración. Viven en la angustia permanente de un hipotético cese, puesto que han dedicado tanto tiempo al servicio público que no tienen un futuro laboral fuera de la casa consistorial al que aferrarse. Están condenados a repetirse una y otra vez, a mostrarse innovadores en sus rutinas, a parecer espontáneos en medio de tantos tics involuntarios moldeados inconscientemente durante décadas. En ocasiones llegan a transmitir un cierto patetismo que resulta perturbador. Lo que parecía soberbia era en realidad desvalimiento.


Hay un punto (no sé dónde estará, si en los veinte o en los veinticuatro) a partir del cual creo que nadie seguiría voluntariamente en el cargo de alcalde si tuviera alguna salida honrosa por la cual escapar (algo así como lo experimentado por Lola Sánchez, que ha vivido el sueño tan infrecuente de saltar hacia arriba tras quince años como alcaldesa de Villanueva de Córdoba). No sé si sus propios partidos o el estado deberían plantear un proyecto alternativo para estos alcaldes atrapados en sus cargos, condenados a la reincidencia, que no tienen ya edad quizás para emprender nuevos proyectos vitales pero que, sin darse cuenta, están debilitando el funcionamiento democrático en sus propios pueblos, tal vez sin mala intención, tal vez sin darse cuenta de ello, como los muertos de aquella película. Alguien debería decírselo.

15 comentarios :

Anónimo | jueves, marzo 09, 2023 4:58:00 p. m.

Las Diputaciones sí que se hacen cargo de sus alcaldes creando presidente segundo, tercero, cuarto, etc, etc, y si no existe el cargo se lo inventan, vamos lo que se llama un cementerio de elefantes.
Por una parte estamos en democracia y por otra, y a día de hoy, las Administraciones tienen que justificar hasta el último céntimo de gasto, aún así cualquier alcalde debería de estar no más de dos legislaturas e ir rotando con gente nueva, esto debería de ser una norma de los Partidos, por higiene democratica. Pero estamos en pueblos pequeños y si nos va medianamente bien con un alcalde por qué poner a otro. Hay honrosas excepciones, quitando lo político, bien valdría crear el cargo de Alcalde Vitalicio. El ejemplo lo tenemos aquí, en Añora, con Bartolomé Madrid. El desarrollo que ha tenido y tendrá el pueblo es difícil de imaginar si hubiera estado cualquier otro candidato, ya sea de su partido o de otro. Aquí sí vale decir que la experiencia es la madre de la ciencia.

Anónimo | jueves, marzo 09, 2023 5:51:00 p. m.

Claro que sí, guapi, todos los alcaldes deberían estar no más de dos legislaturas, menos el mío, que ese debería ser vitalicio. Pero, vamos, que te lo digo sin mala intención y quitando lo político, porque yo no entiendo nada de política.

Anónimo | jueves, marzo 09, 2023 9:59:00 p. m.

Totalmente de acuerdo con el primer comentarista. Gracias al Alcalde Bartolomé Madrid en Añora tenemos campo de futbot con hierba artificial, residencia de ancianos, consultorio médico, hogar del pensionista, que mas, ah si, piscina con mucho césped, pista de padel y tenis, colegio público y mucho mas. Somos la envidia de los Pedroches. Eso si, nos estamos quedando sin bares, sin albañiles, sin comercios; sin juventud. ¡Alcalde, todos somos contingentes pero tú eres necesario! Manda guevos lo que hay que leer.

Anónimo | viernes, marzo 10, 2023 12:27:00 a. m.

Claro que sí!!! Sin bares, sin albañiles, sin juventud. Y la culpa de todos los males es el alcalde de Añora, mira tú!! Llegó el gurú. Ya estaba tardando.

Anónimo | viernes, marzo 10, 2023 9:20:00 a. m.

El de Añora todo indica que va a estar cuatro años más, no solo porque no tiene dónde ir, sino sobre todo porque lo que no tiene es oposición en el pueblo, todos los demás posibles candidatos le tienen miedo. Yo pienso que sea donde sea donde que pongas el corte, treinta años son demasiados. Puesto que en Añora ganaría el candidato del PP sea quien sea, podrían poner una mujer y así tener la primera mujer alcaldesa de Añora

Anónimo | viernes, marzo 10, 2023 10:20:00 a. m.

Vivimos en una zona donde en vez de ideas para sacar provecho y riqueza de nuestros recursos se han dedicado a la búsqueda de subvenciones para hacer edificios vacíos y sin uso o apenas uso con mejor climatización que los colegios y administrativos en los ayuntamientos de brazos cruzados mientras los ciudadanos esperan de brazos cruzados cita para el médico. Hay dinero para sanidad, educación y comunicaciones, lo único que se lo gastan en otras cosas mucho menos necesarias.

Anónimo | viernes, marzo 10, 2023 10:23:00 a. m.

Los Pedroches fue una zona de señores y ahora muchos alcaldes se han convertido en los señores de sus pueblos y no en servidores públicos. En los pueblos se tiene miedo a criticar a manifestarse contra el alcalde, en Sevilla eres un anónimo pero en el pueblo no. Hay mucho que cambiar

Anónimo | viernes, marzo 10, 2023 8:11:00 p. m.

En Añora es donde los impuestos y tasas que cobra el ayuntamiento son las más caras de los Pedroches. En esto si somos campeones.

jarote en la diáspora | viernes, marzo 10, 2023 8:44:00 p. m.

El puesto de alcalde en nuestros pueblos es perfectamente prescindible. ¿Qué hace los 365 días del año el alcalde de un pueblo de mil habitantes? ¿A qué se dedica? ¿Cómo justifica el sueldo que cobra?
En aras de la racionalidad y del ahorro de caudales públicos, debería haber una única autoridad administrativa en Pozoblanco (dónde si no) y eliminar el resto de alcaldías de la comarca.
Por no hablar del vergonzoso papel de la Diputación provincial como cementerio de elefantes para alcaldes caídos en desgracia, como señala otro comentarista anterior. Todo, menos perder el sueldo público.
En la oprobiosa dictadura, criticable por tantas cosas, los alcaldes no cobraban nada. Eso sí, no se elegían democráticamente, sino que venían nombrados de arriba.

Anónimo | viernes, marzo 10, 2023 10:57:00 p. m.

Que manera de insultar el trabajo de los alcaldes elegidos democráticamente. Cuales son las ideas y proyectos obsoletos y cuales los validos a opinión del articulista. Porque no propone nada, solo pone en duda la capacidad de personas con una basta experiencia y hace una sugerencia de calumnia de corrupción.

Anónimo | sábado, marzo 11, 2023 11:21:00 a. m.

La transformación de un ejercicio público, para convertirlo en profesión y las creación de redes clientelares para mantener el cargo, acaban por corromper el estamento municipal, en perjuicio de todos los vecinos y por ende, de toda la comarca. Que se ve privada de ilusiones e ideas novedosas y del relevo generacional. Tan necesario para mantener nuestros pequeños pueblos en el extremo de la España vaciada. Todos los pueblos que mantienen alcaldes perpetuos, entran en una situación de clonación, que retrasa el avance del mismo, ya que las miras de futuro se basan en su propia reelección cada 4 años. Podemos ver cómo en los programas electorales, nos cuelan los mismos proyectos inacabados y obsoletos una y otra vez. Señal inequívoca de la falta de ideas y proyectos con los que situar a nuestros municipios en el plano contractual que merecen. Además del trabajo partidista que se fomenta desde Diputación, favoreciendo claramente a los municipios que mantienen el color de su partido. Ya no prima el futuro comarcal, ni la proyección dentro del estado. Más bien el de conservar el máximo número de sillones afines, para seguir con la profesionalización de la política a cualquier nivel y a cualquier coste. Los Pedroches se han convertido en este reducto, donde unos pocos se creen dueños y señores de la municipalidad. Todo esto al amparo de sus propios partidos y líderes provinciales. Que aunque los estatutos de su partido, a nivel estatal, acotan las candidaturas a dos o tres legislaturas como máximo, se colocan la venda en los ojos ante la ilegalidad. Siempre con el mismo objetivo del sueldo público. Es nuestro deber, como ciudadanos y votantes, poner fin a los alcaldes perpetuos, manteniendo cómo objetivo las miras de futuro de los pueblos, los jóvenes y la renovación de ideas. Excelente artículo este, que afronta uno de los temas tabú y perseguido (hasta estigmatizar a la persona que ose ponerlo en actualidad) dentro del propio municipio. Pero que no deja de ser una lacra en el bien común.

Anónimo | lunes, marzo 13, 2023 3:25:00 p. m.

Y si después de 24 años de alcalde, pasas a ejercer de el secretario de tu ayuntamiento......

Anónimo | martes, marzo 14, 2023 9:01:00 p. m.

Nadie debería estar mas de 2 legislaturas en un cargo político con responsabilidad pública. Absolutamente nadie.

Anónimo | miércoles, marzo 15, 2023 12:58:00 p. m.

Aunque el límite de años no es legal, todos sabemos que es bochornosa la situación. No se trata de que haya o no corruptelas, sino que simplemente no se entiende que es la democracia. La soberanía debe residir en el Pueblo, pero no en los individuos que han convertido el cargo en su oficio. Los partidos politicos demuestran su incapacidad de no ser democráticos o no tener representación entre sus parroquianos; los candidatos contumaces en el cargo demuestran su falta de respeto a los demás, ciudadanos y partidos, creyéndo que son más que los demás, más listos, etc. etc. No entendemos la democracia aún. Desgraciadamente.

Anónimo | martes, marzo 28, 2023 6:01:00 p. m.

Cuando el candidato viene impuesto desde la dirección provincial, sin contar con los militantes del partido, tiene más enjundia la cosa. Hay personas que fuera de la política no saben hacer otra cosa. Es más, incluso en la política no saben hacer política.

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