Los Pedroches y la periferia tartésica
Un visitante observa la exposición sobre La Atalayuela, esta mañana en Alcaracejos [Foto: Solienses].
La Universidad de Córdoba (UCO) y el Ayuntamiento de Alcaracejos anunciaron recientemente la firma de un convenio de colaboración "para impulsar la investigación, difusión y puesta en valor del patrimonio arqueológico del municipio, especialmente en lo relativo a la época tartésica". No se explicitó en qué consiste el tal convenio, más allá de que "la Unidad de Investigación Patricia de la UCO pondrá a disposición del proyecto su experiencia y conocimientos adquiridos en investigaciones arqueológicas del norte de la provincia de Córdoba y el Ayuntamiento de Alcaracejos promoverá iniciativas para acercar estos hallazgos a la ciudadanía y convertir el patrimonio en un elemento dinamizador del territorio", como si una y otra cosa no fueran obligación de ambas instituciones sin necesidad de contratos que las regulen.
Según la nota de prensa distribuida entonces, "uno de los principales objetivos del convenio es profundizar en la investigación por medio de tecnología no invasiva del yacimiento de la Atalayuela, uno de los escasísimos sitios de la provincia que se pueden relacionar con la arquitectura de prestigio tartésica junto con el de Las Erillas, en la vecina Añora, que también fue estudiado por la Unidad Patricia de la UCO y que tiene ilusionantes acciones de incentivación por parte del ayuntamiento noriego".
Fruto de este convenio debe ser la exposición "La Atalayuela de Alcaracejos - Un túmulo tartésico en Los Pedroches", que desde hoy y durante tres días puede visitarse en la Sala Recrearte de Alcaracejos (Calle Cuzna, s/n). Se trata de una pequeña colección de fotografías y paneles explicativos que presentan el yacimiento de La Atalayuela como un "edificio tartésico bajo túmulo" en el contexto del repliegue tartésico que se habría producido en torno al siglo VI a.C. desde el Guadalquivir hacia el interior de la Península, especialmente al valle del Guadiana, en el que Los Pedroches habrían actuado como "canal por donde se alivió este flujo de personas provenientes del sur". La exposición es poco ambiciosa y no acoge ninguna pieza real de los materiales encontrados hasta el momento en el yacimiento, la mayoría de los cuales se recogieron en una "intervención sin metodología arqueológica" llevada a cabo en los años ochenta -según se explica en un panel- por el Colectivo Cultural El Cangilón de Añora, que comunicó su actuación a la Junta de Andalucía y depositó los materiales en el Museo de Añora, donde pueden verse en la actualidad.
Fotografías que se muestran en la exposición con el ánfora de perfil de saco y otros materiales cerámicos hallados en La Atalayuela.
Hace tiempo que la arqueología cordobesa viene mostrando su empeño en estudiar el Bronce Final y el periodo Orientalizante del norte de la provincia bajo la perspectiva de la cultura tartésica, considerando a esta zona como perteneciente a la "periferia tartésica", sin personalidad cultural propia más que la derivada de sus contactos a través de determinadas vías con el valle del Guadalquivir, la Campiña cordobesa y, ahora también, con la Huelva protohistórica, todo lo cual constituiría el "paisaje cultural tartésico" del cual el norte de Córdoba y sur de Badajoz constituirían un territorio aledaño proveedor de metales o solamente significativo por su naturaleza viaria.
Ya en otra ocasión escribí sobre la inclinación de la arqueología cordobesa a estudiar el norte de la provincia en función de sus paralelos con el valle del Guadalquivir, mientras que en otros ámbitos académicos cada vez es más acusada la tendencia a examinar las influencias culturales de Los Pedroches a partir de las comarcas limítrofes del sur de Badajoz y Ciudad Real, hasta el punto de considerar todo este ámbito geográfico una región con entidad cultural propia en algún momento de nuestra prehistoria (la llamada Baeturia turdulorum por los romanos). Mientras la investigación cordobesa sigue buscando paralelos que encuadren en la arqueología andaluza las pocas piezas cerámicas que se desenterraron, Javier Jiménez Ávila consideró ya en 1997 que bajo el túmulo de La Atalayuela podría esconderse un ejemplar de lo que llama “arquitectura de prestigio”, parangonable a los complejos arquitectónicos de Cancho Roano y La Mata de Campanario, en Badajoz, a los que el autor considera residencias aristocráticas surgidas en los contextos rurales del Guadiana Medio (y quizás también en áreas vecinas, como Los Pedroches) como consecuencia de la atomización del poder orientalizante. Es decir, la zona norte de Córdoba, el sureste de Badajoz y el suroeste de Ciudad Real constituirían una unidad cultural con entidad propia que debiera ser estudiada en sí misma y no como periferia de otros territorios que han tenido la fortuna de una mayor investigación arqueológica.
5 comentarios :
Maravillosa información
Gracias
No me gusta el tono del artículo. Hay un "no sé qué" que tira para atrás. Es como si Antonio estuviera cabreado. Si los tartesos hicieron, y dejaron, y algo importante en los Pedroches, ya se verá. La dependencia de la Universidad de Córdoba parece inevitable. La iniciativa del Ayto de Alcaracejos es humilde e interesante a la vez. No entiendo de tartesos, pero si esto trae consigo excavaciones y georradares, bienvenido sea. Al final serán los Pedroches los que ganen... El tema estaba muerto...si alguien le da un poco de aire, pues muy bien. No debemos abortar las iniciativas antes de que se desarrollen. A ver qué ha pasado dentro de un año. Añora y Alcaracejos deben caminar juntos en este tema tan importante.
Muy interesante. Los todavía por estudiar yacimientos tartésicos de Los Pedroches nos pueden llevar a pensar que Los Pedroches no fueron solo periferia de Tartessos, sino zona de contacto activa. Por su posición geográfica, actuaron como bisagra natural entre el alto Guadalquivir y la depresión del Guadiana. La existencia de núcleos como La Mata, no muy lejanos, refuerza esta hipótesis, hay evidencias paisajísticas, cronológicas y arqueológicas que sugieren rutas de paso y conexión en la Edad del Hierro.
Arqueología periférica. Ojalá acabe en algo, porque Jiménez Ávila ya destacó la importancia de este yacimiento, y de otros de la comarca. A ver si es verdad que la UCO se entera ahora. Porqué viarios los precedentes es normal que Antonio no se fíe. Yo tampoco.
Teniendo en cuenta la cercanía de Belalcázar a centros tartésicos clave, como La Mata (14 km), Cancho Roano (50 km) y El Turuñuelo (100 km), y el hallazgo local en Belalcázar de estelas de guerrero, hay que citar que de las muchas estelas aparecidas en el sur de la provincia de Badajoz, una de ellas, la estela de Capote aparecida en Higuera La Real, tiene escritura tartésica. Así parece razonable considerar que Los Pedroches formaron parte de una zona de contacto con el mundo tartésico. No sólo como vía de paso entre el Guadalquivir y el Guadiana, sino como territorio con presencia e integración cultural en esa órbita.
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