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Literatura mientras el mundo se desmorona

Los tres autores candidatos al Premio Solienses 2022 muestran un libro con el que les obsequió el Ayuntamiento [Fotos: Solienses].

"El mundo se desmorona y nosotros nos enamoramos". Con esta cita de Casablanca abrió Juan Bautista Escribano, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Pozoblanco, el "Café con letras" que la Biblioteca Municipal de Pozoblanco ha organizado esta mañana en el Hotel La Noriega con los candidatos al Premio Solienses 2022. Allí nos hemos reunido los escritores José Manuel Blanco, Gloria Cambrón Pimentel e Isabel J. Romero junto con una veintena de lectores para compartir un encuentro en torno a tres libros (Pueblo chico, infierno grande; 3197 pasos y Todas las puertas) como excusa para hablar de la literatura y de la cultura en general, para celebrar el regreso del Premio Solienses tras dos años de ausencia y para congratularnos de poder reunirnos de nuevo y poco a poco ir recuperando la normalidad en medio de tantas circunstancias excepcionales como nos rodean.


"El mundo se desmorona y a nosotros hoy nos reúne la literatura", continuó Juan Bautista. "Por cruel o absurdo que pueda parecer, los seres humanos, a pesar de la barbarie, necesitamos enamorarnos y hoy leer y, más que nunca, emocionarnos de la mano de los personajes de ficción para poder sentirnos seres humanos". El concejal de Cultura agradeció a la Biblioteca la organización del acto y a Solienses la convocatoria del  Premio y concluyó felicitando a los autores: "Estoy seguro de que mientras existan personas como vosotros que nos regalan su tiempo en forma de obra literaria, a pesar de momentos trágicos como el actual, el mundo no se desmoronará".


Juan Bautista Escribano y José Manuel Blanco.

A continuación, cada autor presentó brevemente su obra. José Manuel Blanco explicó que su novela nació a partir de una anécdota que se contaba en su pueblo, la de que un abogado había acudido a Torrecampo buscando infructuosamente a los herederos de un cliente para entregarles una herencia muy jugosa. A partir de ahí ideó la historia de un abogado madrileño que acude a un lugar totalmente diferente de su ambiente habitual. Sin embargo, ese mundo nuevo que conoce "le obliga a replantearse su vida". José Manuel calificó su obra como "un libro muy de Los Pedroches": está Torrecampo, pero también hay elementos de otros pueblos (nombres, lugares, gastronomía... "dejados aquí y allá, a modo de los huevos de Pascua en los videojuegos, que los lectores de la comarca sin duda reconocerán"). El autor quería crear "un mundo rural idílico en el que el lector disfrutara y en el que el humor también estuviera presente".


Gloria Cambrón recordó que es la segunda vez que opta al Premio Solienses y reconoció la ilusión que le produce. Gloria explicó que su libro se inserta en un conjunto de historias familiares que arrancó con su anterior novela (La mula roja), que habla de personajes que ella ha conocido y tratado y que, por tanto, "es un poco una parte de mí". A través de la recreación de usos y costumbres tradicionales de Hinojosa del Duque la autora persigue reflejar también su infancia y su juventud ("me fui del pueblo con nueve años y escribir estos libros es una forma de retomar mi infancia y el mundo que dejé atrás"). Cambrón resumió el argumento de su novela y analizó la personalidad de su protagonista ("una mujer bloqueada en el presente por el pasado que arrastra"). Explicó que el título alude a una distancia física entre dos puntos del pueblo, pero que "realmente es una distancia entre la vida y la muerte". [Leer entrevista].


Gloria Cambrón e Isabel J. Romero.

Finalmente, Isabel J. Romero comenzó afirmando que se encontraba muy contenta de participar en el acto ("es el mejor premio, es un gran premio ya compartir estos momentos y más después de este tiempo de pandemia"). "Iniciativas como esta del Premio Solienses son muy importantes para dar vida a nuestra tierra, porque nuestros pueblos están sufriendo la herida de la despoblación", dijo. Isabel desgranó las claves de interpretación de su libro: por qué lo ha escrito, el significado de la emigración, la explicación del título, su predilección por el relato, el carácter de sus personajes ("soportan cargas como la soledad, la frustración, el egoísmo, pero al final todos son redimidos por el perdón"), la elección del narrador... La autora calabresa reflexionó sobre las puertas como elemento que separa "nuestra intimidad y nuestro universo de la mirada del otro" y cómo ese comportamiento nos ha llevado a la creación de fronteras ("estamos llenos de fronteras visibles e invisibles"). Pero el mar no tiene fronteras y los que viven al otro lado lo cruzan buscando una vida mejor, concluyó Isabel. [Leer entrevista]


Luego se inició un animado coloquio entre los asistentes y los autores en torno a determinados aspectos de sus obras o de la literatura en general: la técnica creativa, la planificación de las obras (José Manuel distinguió entre "autor mapa" y "autor brújula", para referirse al escritor que lo tiene todo planificado y al que, por el contrario, se va dejando llevar por la improvisación), la recepción de las obras en sus pueblos, la fatigosa tarea de corregir, las diferencias de planteamiento entre relato y novela, la idealización del mundo rural... Habíamos tomado café y comido churros y el tiempo pasó volando: sin darnos cuenta habían transcurrido casi dos horas. Juan Batista Escribano, emocionado por la autenticidad con la que se había desarrollado el acto, hubo de poner ya término al encuentro, que tan buen sabor de boca nos ha dejado, y para ello se acordó del centenario del nacimiento del escritor local Hilario Ángel Calero y, parafraseando una de sus famosas hilariadas, concluyó: "El café casi siempre depende de con quién te lo bebas". Lo mismo que el vino.


Antonio Merino, José Manuel Blanco, Gloria Cambrón, Isabel J. Romero y Juan Bautista Escribano.

Vista parcial del salón de reuniones del Hotel La Noriega de Pozoblanco durante el café.

4 comentarios :

Anónimo | domingo, marzo 06, 2022 10:10:00 p. m.

"El mundo se desmorona y hoy, nosotros, nos enamoramos". Y es que el mundo a nuestro alrededor se disgrega y dispersa, roza la desaparición, vive en una continua angustia, y nosotros venimos aquí a reunir esos pedazos por medio de la literatura. Quizá con la literatura no se arreglen los actuales problemas del mundo pero considero un gran acierto las palabras de introducción al acto de Juan Bautista. No hay que sentir pudor por reunirse para hablar de literatura. Ese acto, esa reunión, fue, en mi opinión, un encuentro familiar de alumbramiento. Fue la presentación en sociedad de una obra creativa, un hijo (masculino por libro) recién nacido. ¿Hubo garbanzos tostaos? Se necesita mucho amor para entenderlo.

Anónimo | lunes, marzo 07, 2022 9:53:00 p. m.

El mundo se desmorona?. Porque la guerra es en Europa o porque las bombas las tiran los rusos y no los USA?. Cuando la OTAN tira las bombas o la guerra es es Asia o África el mundo no se desmorona? De que mundo habláis aquí?. Mi mundo es exactamente igual hoy que hace un mes. El mundo se desmorona para los que sufren las guerras, en Ucrania o donde sea.

Anónimo | martes, marzo 08, 2022 1:45:00 a. m.

Ciertamente hay un mensaje "pelín" apocalíptico en algunos de los escritos del editor (inigualable en el mejor sentido de la palabra por otro lado y otros temas).
También con la pandemia que desgraciadamente sigue entre nosotros se leyó aquí la opinión insisto en mi opinión personal apocalíptica como si aquella fuera la primera pandemia que sufría la humanidad y ésta la guerra que "desmoronará" el mundo.
Malditas sean las guerras y los que las provocan,sin duda.
Pero con dolor y sufrimiento (deseando que fuese todo lo contrario) la historia de la humanidad a continuado continúa y continúara.
Parte del mundo lleva siglos de hambre, esclavitud,tortura miseria y crueldades de todo tipo y explotación.
En nombre de las religiones,las ideas políticas,por supuesto desastres naturales, de emfermedades...
Y el género humano es capaz de continuar.
Eso si,ojala por fin aprendamos y sigamos por otros derroteros.
Por el bien común.

Anónimo | martes, marzo 08, 2022 11:00:00 a. m.

Muy cierto, paisano, el mundo se desmorona igualmente cuando las bombas las tiran los rusos o los americanos. Cuando las bombas caen en Asia o en África. Sin embargo creo que la expresión de Juan Bautista, puramente poética para presentar un acto poético, no está muy descaminada. Vivimos tiempos difíciles. También en Los Pedroches. Y la relación de contratiempos es muy larga, vienen de lejos y cada día se suman problemas nuevos. Y no es cierto que nuestro tiempo sea hoy igual que hace un mes o hace dos años. Se están perdiendo muchas cosas. Y lo malo es que las estamos perdiendo poco a poco, sin apenas darnos cuenta. Y es que hay dos clases de Tiempo. El Tiempo corto que sucede a mi alrededor, el que yo percibo cuando me levanto y veo mi camisa y mi café, mi móvil y mi perro mascota, mi calle y mis olivillos. Ese apenas cambia. Pero hay un tiempo más largo del que participan todos los que nos rodean. Y ahí observamos ya caras largas, tristes, problemas inminentes que nos amenazan. El mundo está cambiando de una forma injusta y cruel para los ucranianos. Pero de eso todos tenemos la culpa. Lo digo asumiendo el riesgo de que se me diga que, nuestro mundo, a nuestro alrededor, todo sigue igual. Que nuestra mano no es lo suficientemente larga para llegar a Ucrania. Y después de decir esto, lavarnos las manos.

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