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Hace un siglo tampoco hubo feria en Añora

La historia se repite cíclicamente. El año pasado no se celebró en Añora la feria en honor de Nuestra Señora de la Peña, debido a la incidencia de la pandemia provocada por la covid-19, que durante más de un año ya ha conseguido romper por completo el ciclo ritual y festivo de nuestro pueblo. Todo parece indicar que tampoco este año se desarrollará una feria con normalidad, dado que el coronavirus continúa entre nosotros a la espera de cualquier descuido. En este contexto, nos resultará interesante conocer que hace justamente cien años tampoco se celebraron en nuestro pueblo las fiestas patronales, aunque por motivos muy diferentes.


En la reunión plenaria del Ayuntamiento de Añora celebrada el 7 de agosto de 1921, el alcalde-presidente, que a la sazón lo era José Reyes Gil Benítez, manifestó “que debiendo celebrarse en el mes actual las tradicionales fiestas en honor de Nuestra Señora de la Peña, era necesario acordar lo que se estimara más conveniente respecto a los festejos que en ellas se habían de celebrar. Y enterada la corporación de lo expuesto por la presidencia (…) se acordó por unanimidad que en este año, en que por los tristes sucesos de Melilla está toda la Nación apesadumbrada y dolorida, no se celebren festejos de ninguna clase por parte del Ayuntamiento, limitándose este a distribuir una abundante limosna de pan a los pobres de la localidad”.


Los “tristes sucesos de Melilla” a los que alude sucintamente el primer edil se refieren en realidad al episodio de la guerra con Marruecos conocido como “Desastre de Annual”. Se trató de una grave derrota militar del ejército español producida durante la guerra del Rif y una importante victoria para los rebeldes rifeños comandados por Abd el-Krim. Se produjo entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, cerca de la localidad marroquí de Annual, situada entre Melilla y la bahía de Alhucemas. La batalla ocasionó la muerte de alrededor de once mil quinientos miembros del ejército español, nueve mil españoles y dos mil quinientos rifeños leales al Gobierno encuadrados en unidades indígenas. Tras esta derrota humillante para España, la guerra continuó todavía durante seis años, hasta que en 1927 Abd-el-Krim reconoció la legitimidad del protectorado español de Marruecos.


Soldados españoles en la guerra del Rif.

En la siguiente sesión plenaria, celebrada el 21 de agosto, el señor alcalde dio cuenta de una iniciativa que había surgido de “varios jóvenes de esta vecindad” para “celebrar algunos actos y abrir una suscripción con el fin de enviar alguna cantidad a cada uno de los hijos de este pueblo que en la campaña actual defienden el honor de España contra las hordas rifeñas, como modo de demostrarles el afecto y recuerdo de sus paisanos y, además, contribuir con la mayor cantidad posible a los gastos del hospital de sangre instalado en la capital de la provincia”. El ayuntamiento apoyó sin reservas esta “patriótica empresa” y acordó contribuir económicamente a la iniciativa con cien pesetas. No tenemos constancia clara de cuáles serían estos “actos” que se celebrarían para recaudar fondos, pero sí conocemos, al menos, la realización de dos capeas organizadas con este motivo durante los días de feria.


Según el Diario de Córdoba del 14 de agosto, el Gobierno Civil autorizó la celebración de dos novilladas “en la plaza de toros de Añora” –suponemos que portátil- los días, 24, 25 y 26 de agosto (sic). Y así debió llevarse a cabo al menos una de ellas, aunque no exenta de contrariedades, pues todavía en la reunión del ayuntamiento celebrada el 6 de noviembre de ese año, más de dos meses después, el alcalde informa a la corporación de que “los organizadores de la novillada que se celebró durante las fiestas de Ntra. Sra. De la Peña, con el fin de recaudar fondos para los heridos de la campaña de Marruecos, habían solicitado que se abonara por el ayuntamiento la cantidad de cien pesetas que se les exigían por los dueños de las reses que en dicha novillada se capearon, pues de otro modo, de abonarse esta cantidad con los fondos que para tan patriótico fin habían conseguido juntar, se mermaría mucho la cantidad reunida”. El ayuntamiento no tuvo entonces más remedio que acceder por unanimidad a lo solicitado y abonar las cien pesetas en cuestión.


Según sabemos, el ayuntamiento solía organizar con motivo de las fiestas patronales ciertos actos festivos de carácter popular, conciertos de bandas municipales (para 1921 consta la existencia de una banda en Añora), capeas y juegos tradicionales, como carreras de sacos y cucañas. En ocasiones llegaron a prepararse funciones de fuegos artificiales y hasta proyecciones cinematográficas. Un elemento muy destacado de estos días era la feria de ganado que se organizaba en el Ejido de San Martín, donde se realizaban transacciones económicas con animales, principalmente equinos. Todas estas celebraciones fueron suprimidas en señal de duelo por los sucesos de África. En el ámbito religioso, tenían ya lugar los dos grandes desfiles procesionales de bajada y subida de la Virgen, además de solemnes funciones religiosas durante los días de feria, que quizás se mantuvieran también aquel año.


En la reunión del 7 de agosto el ayuntamiento había decidido limitar su acción durante la feria a “distribuir una abundante limosna de pan a los pobres de la localidad”. Esta decisión formaba parte de la labor de beneficencia que el consistorio llevaba a cabo durante todo el año con respecto a las “familias pobres”, de las que solía elaborarse un censo anual. Estas familias tenían asistencia médica y farmacéutica gratuita, además de otros posibles beneficios. El Ayuntamiento también socorría ocasionalmente a los vecinos que debían afrontar un gasto imprevisto, como en aquellos tiempos debía suponer un traslado obligado a Córdoba: en varias ocasiones el ayuntamiento contribuye con la cantidad de 25 pesetas para que algunos noriegos puedan viajar a la capital provincial para ser sometidos a diversas operaciones médicas por prescripción facultativa. La “abundante limosna de pan” prometida, sin embargo, parece que no fue tan cuantiosa en esta ocasión, pues, al informar de los “gastos originados con la limosna de pan repartido a los pobres de esa vecindad durante las fiestas de Ntra. Sra. de la Peña”, extrañamente se incluye en la misma cuenta “la gratificación a los guardas rurales por el arreglo de la ermita de Ntra. Sra.”, resultando un importe total gastado de 231 pesetas. Como curiosidad comparativa, las velas facilitadas por el comerciante local Antonio Bernal Montero para las fiestas de la Purificación de Nuestra Señora (popularmente, la Candelaria) de los años anterior y corriente ascendió a cien pesetas. Las cuentas municipales del año anterior presentaban un cargo de 55.355,49 pesetas.


1921 no fue la primera ocasión en que se suspendieron las fiestas patronales de agosto en honor de la Virgen de la Peña. Ya en 1914 el consistorio de Añora había tomado la misma decisión, esta vez con motivo del comienzo de la llamada I Guerra Mundial. En sesiones plenarias celebradas el 9 y el 23 de agosto de 1914, el ayuntamiento noriego decide secundar la iniciativa de la reina para llevar a cabo una suscripción nacional con el fin de socorrer a los emigrantes españoles que debían retornar a España, a la vez que decide suprimir los festejos de agosto, “dedicando los fondos que en ellos había de emplearse en cosas de más provecho y necesidad”. Más concretamente, los concejales acordarán ya en septiembre no invertir ningún dinero en festejos mientras persistan las penosas circunstancias “de la terrible crisis obrera que existe, efecto de la paralización de muchas industrias como consecuencia obligada de la guerra europea”.


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Artículo publicado en la Revista Municipal de Añora (agosto de 2021).

2 comentarios :

Anónimo | miércoles, agosto 25, 2021 1:39:00 a. m.

Interesantísimo artículo y doblemente agradecidos los que por diversas circunstancias no podemos acceder a la "revista de feria" de Añora.

Anónimo | miércoles, agosto 25, 2021 9:58:00 p. m.

Este año en el recinto ferial de Añora han instalado las atracciones de feria habituales de otros años, han instalado una caseta ocupando con mesas y sillas toda la pista, traen para la noche grupos o espectáculos musicales, vamos casi como todos los años. Pues en el día de hoy 25 de agosto el alcalde publica un bando diciendo que no hay feria ni recinto ferial. Coches de tope, grupos musicales, caseta de feria, etc. Y dice el señor alcalde que no hay feria. Nos toman por tontos. Muy pronto se nos ha olvidado que a principios de año tuvimos una de las mayores tasas de incidencia de Covid registrada en España.

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