La crisis del agua que estamos viviendo en Los Pedroches tiene una vertiente claramente política e institucional. Todos nos preguntamos ¿quién tiene la culpa de que hayamos llegado a esta situación? Las administraciones se culpan unas a otras para descargar su propia responsabilidad y el ciudadano interesado en aclararse queda en un limbo informativo del que le resulta difícil salir. Vamos a intentar aclarar en este artículo qué acción le corresponde a cada una de las administraciones y valorar, en la medida de lo posible, si las ha ejecutado correctamente en la crisis que nos afecta, todo ello en los términos más divulgativos posibles y sin entrar en excesivas precisiones jurídicas.
Ayuntamientos. A pesar de ser la autoridad más cercana al ciudadano, los Ayuntamientos de Los Pedroches apenas tienen competencias en el servicio de distribución domiciliaria de agua potable, al haberlo cedido casi todos ellos a la empresa pública Emproacsa de la Diputación de Córdoba, como veremos más adelante. Sin embargo, los ayuntamientos tienen la obligación de vigilar el correcto servicio por parte de la empresa pública y exigir el adecuado suministro y mantenimiento de las infraestructuras necesarias para el mismo. En el caso de Pozoblanco, el llamado Ciclo Integral del Agua (que incluye el almacenamiento, tratamiento y distribución del agua potable desde los depósitos municipales hasta los domicilios) está privatizado en la empresa Hidralia. Los alcaldes, por su parte, deberían ser agentes de presión política frente a las administraciones superiores, acción que en este caso no se ha llevado a cabo, pues, salvo muy a última hora, no se conoce la realización de gestiones, campañas de sensibilización de ahorro o la convocatoria de actos reivindicativos contra un problema gravísimo que se veía venir desde hace tiempo. Y si los hubo, fueron infructuosos.
Diputación. A través de la empresa pública Emproacsa (Aguas de Córdoba), la Diputación es la administración encargada de la captación, potabilización, transporte y distribución domiciliaria del agua. La captación, para el caso de Los Pedroches, se realiza en el embalse de Sierra Boyera (situado en la cuenca del río Guadiato y con una capacidad de 41 Hm3), que actualmente recibe agua del pantano de La Colada, al haberse agotado totalmente el primero. Solamente en la localidad de Conquista el agua tiene una procedencia distinta, al surtirse del pantano de La Garganta, situado en la finca del mismo nombre en el término de Brazatortas (Ciudad Real) [Véase la historia particular del abastecimiento de agua en Conquista en este artículo del cronista Juan Gutiérrez].
Una vez captada el agua es conducida a la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) y se somete a los tratamientos y controles necesarios para garantizar su potabilidad y calidad. Desde allí, el agua se canaliza hasta los depósitos municipales, que permiten individualizar el servicio. La Diputación, pues, es la responsable del servicio directo al ciudadano. En la crisis más inmediata que vivimos en la actualidad es la culpable de no haber mantenido a punto los generadores eléctricos necesarios para el bombeo de urgencia del agua de La Colada a la ETAP de Sierra Boyera y no haber previsto su reparación o sustitución con tiempo suficiente. También es la responsable de no haber conseguido la potabilización plena del agua contaminada de La Colada y, en consecuencia, haberse visto obligada a implementar un sistema de reparto alternativo a través de camiones cisternas para el agua de beber y cocinar, sistema con calendario y horarios recortados arbitrariamente en las últimas semanas.
Junta de Andalucía. Los Pedroches participan geográficamente de las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir (de hecho, la propia comarca actúa como divisoria de aguas), complicándose administrativamente la situación al resultar que el embalse de Sierra Boyera se encuentra en la cuenca del Guadalquivir y el de La Colada en la del Guadiana, pertenecientes, por tanto, a Confederaciones Hidrográficas diferentes. El embalse de La Colada, resumiendo mucho la historia, fue construido por el Estado y la Diputación, reservándose a la Junta de Andalucía la tarea de finalizar las canalizaciones necesarias para conectarlo con la ETAP de Sierra Boyera, donde se potabilizaría el agua y se distribuiría a los municipios a través de las conexiones ya existentes. Durante años, por razones no del todo transparentes, la conexión entre La Colada y Sierra Boyera no se construyó, por lo que el pantano se convirtió en un lago que poco a poco fue creando una biodiversidad a su alrededor y que en los últimos años había comenzado también a utilizarse con fines recreativos (playa y actividades de ocio acuáticas). Solo cuando la amenaza de sequía era ya más que evidente, comenzaron a saltar todas las alarmas y las administraciones repararon en que tenían un embalse con 40 hectómetros cúbicos que, sin embargo, no se podían utilizar por no estar conectados con la red de abastecimiento. Un segundo problema era la contaminación de ese agua, que había obligado a la propia Junta de Andalucía a prohibir el baño en ella.
La inacción de la Junta de Andalucía en la crisis del agua actual se concreta en los siguientes aspectos:
1. No haber completado la conexión entre el pantano de La Colada y la ETAP de Sierra Boyera (la llamada "red secundaria", de unos 40 kilómetros) desde 2009 hasta hoy (diez años de gestión socialista y cuatro y medio popular). Para paliar esta deficiencia, el Gobierno de España realizó este mismo año la conexión de urgencia, en activo actualmente, de no haber sido por la cual desde hace meses no habría en los grifos de Los Pedroches ni una gota de agua, ni potable ni no potable.
2. No haber realizado la conexión eléctrica para alimentar el bombeo provisional actualmente en funcionamiento (responsabilidad que recae ya en la administración popular). Dicho bombeo se realiza actualmente a través de unos generadores alimentados con gasoil que no han podido, al parecer, resistir la intensidad de trabajo a la que se les ha sometido y están impidiendo el flujo de agua necesario para abastecer a todos los pueblos del norte de Córdoba que se surten de esta red.
3. No haber vigilado (tanto la administración socialista hasta 2019 como la popular a partir de entonces) la contaminación vertida en el pantano de La Colada, que ha provocado finalmente su declaración como no apta para el consumo humano. En este punto se encuentra la clave central de todo el problema del agua en Los Pedroches a largo plazo, porque su análisis y resolución exigiría un replanteamiento de la actividad económica de toda la comarca, replanteamiento al que, de momento, los políticos no están dispuestos. En la base de dicha contaminación se encuentran dos circunstancias:
La Junta de Andalucía tiene también en la actualidad el proyecto de realizar la conexión definitiva entre los dos pantanos, pero en este momento ignoramos en qué punto se encuentran los trámites administrativos de licitación de la obra, si continúa su proceso o si se ha detenido por algún motivo desconocido, tal como ocurrió durante la administración socialista.
Gobierno de España. El Estado tiene todas las competencias sobre el uso de los pantanos construidos en las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir. El Gobierno de España, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha realizado la conexión urgente entre La Colada y Sierra Boyera, la que nos permite tener agua actualmente en los grifos, poca y no potable, pero al menos suficiente para atender algunas de las necesidades básicas de limpieza e higiene. El reproche que se le hace al Estado es no haber iniciado también los trámites para la conexión entre el embalse de Sierra Boyera y el de Puente Nuevo (en la cuenca del río Guadiato y con una capacidad de 287 Hm3), con lo que estarían conectados los tres pantanos del norte de la provincia, garantizándose así el abastecimiento continuo de la población. Es una solución que debería contemplarse para el futuro, independientemente de que ahora las urgencias sean otras.